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En principio, quiero mostrar mi reconocimiento a todos aquéllos que nos apoyaron con su firma, a nuestros simpatizantes, a los medios de comunicación que cumplieron con el compromiso de tener bien informada a la sociedad, y de manera especial a mis compañeros de lucha, por su dedicación en una causa que es para el beneficio de la cultura y para el conjunto de la sociedad.
Si bien tenemos una meta común (mejorar las condiciones de la cultura en el estado), abandono el Movimiento por la Cultura en Guanajuato porque no comparto un sistema de organización que promueve la verticalidad, coarta la libertad e inhibe la capacidad de sus miembros. Del mismo modo, no reconozco a Marko Gaytán Alba como coordinador del Movimiento, por haber sido impuesto de manera unilateral y antidemocrática.
No es admisible organizar un movimiento social cuando la relación entre sus miembros no se basa en un derecho de total igualdad, pues somos personas libres e iguales que se unen por una causa común, y por ello no pueden estar sometidas a sistema alguno de poder, y menos en verticalidad, cuando la relación es por un mismo compromiso, por la libertad de acción y la confianza.
Como artista y creador rechazo toda burocracia y sistema de poder que coarte mi libertad, y no concedo que nadie esté por encima para darme órdenes, igual que yo no se las doy a nadie. Todos somos iguales y, como profesionales de la cultura con cierta trayectoria, deberíamos funcionar bajo un esquema donde se unan libremente nuestras voluntades y no como si fuéramos un partido político.
De todas formas, la tarea importante ya se hizo: recabar una serie de propuestas, que fueron entregadas al IEC, para promover un cambio en la política cultural del estado. Sería insensato, por parte del doctor Juan Alcocer Flores, director del Instituto Estatal de la Cultura (IEC), no asumir la responsabilidad de poner en práctica unas propuestas que, de alguna manera, vienen a democratizar la cultura y a marcar el rumbo para una nueva política institucional. Ahora la sociedad en su conjunto será testigo, de acuerdo a las acciones del IEC, de la voluntad de Juan Alcocer Flores para llevar a cabo un cambio profundo y con visión de futuro, que revitalice la cultura en el Estado de Guanajuato, con un decidido apoyo a sus creadores y demás involucrados.
Para terminar, quiero exhortar a todos los que participamos de la cultura a perder el miedo, a levantar la voz cuando la situación así lo amerite, pues señalarle a nuestras autoridades que no se están haciendo las cosas bien es un ejercicio democrático, un derecho ciudadano, y entre todos debemos marcar el rumbo para conquistar las metas que nos dignifiquen, pero inevitablemente esto no se podrá lograr sin el buen quehacer de nuestros gobernantes. Ya no hay lugar para excusas…
Por mi parte, me retiro a trabajar y declaro mi independencia como activista en favor de la cultura.
Muchas gracias.
Pablo Paniagua, escritor y artista visual, a 10 de junio del 2010
.Si bien tenemos una meta común (mejorar las condiciones de la cultura en el estado), abandono el Movimiento por la Cultura en Guanajuato porque no comparto un sistema de organización que promueve la verticalidad, coarta la libertad e inhibe la capacidad de sus miembros. Del mismo modo, no reconozco a Marko Gaytán Alba como coordinador del Movimiento, por haber sido impuesto de manera unilateral y antidemocrática.
No es admisible organizar un movimiento social cuando la relación entre sus miembros no se basa en un derecho de total igualdad, pues somos personas libres e iguales que se unen por una causa común, y por ello no pueden estar sometidas a sistema alguno de poder, y menos en verticalidad, cuando la relación es por un mismo compromiso, por la libertad de acción y la confianza.
Como artista y creador rechazo toda burocracia y sistema de poder que coarte mi libertad, y no concedo que nadie esté por encima para darme órdenes, igual que yo no se las doy a nadie. Todos somos iguales y, como profesionales de la cultura con cierta trayectoria, deberíamos funcionar bajo un esquema donde se unan libremente nuestras voluntades y no como si fuéramos un partido político.
De todas formas, la tarea importante ya se hizo: recabar una serie de propuestas, que fueron entregadas al IEC, para promover un cambio en la política cultural del estado. Sería insensato, por parte del doctor Juan Alcocer Flores, director del Instituto Estatal de la Cultura (IEC), no asumir la responsabilidad de poner en práctica unas propuestas que, de alguna manera, vienen a democratizar la cultura y a marcar el rumbo para una nueva política institucional. Ahora la sociedad en su conjunto será testigo, de acuerdo a las acciones del IEC, de la voluntad de Juan Alcocer Flores para llevar a cabo un cambio profundo y con visión de futuro, que revitalice la cultura en el Estado de Guanajuato, con un decidido apoyo a sus creadores y demás involucrados.
Para terminar, quiero exhortar a todos los que participamos de la cultura a perder el miedo, a levantar la voz cuando la situación así lo amerite, pues señalarle a nuestras autoridades que no se están haciendo las cosas bien es un ejercicio democrático, un derecho ciudadano, y entre todos debemos marcar el rumbo para conquistar las metas que nos dignifiquen, pero inevitablemente esto no se podrá lograr sin el buen quehacer de nuestros gobernantes. Ya no hay lugar para excusas…
Por mi parte, me retiro a trabajar y declaro mi independencia como activista en favor de la cultura.
Muchas gracias.
Pablo Paniagua, escritor y artista visual, a 10 de junio del 2010
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