Para Una muerte inmejorable
Adrián Román
La muerte
es el inicio de la vida. Uno debe morir para transformarse. La transgresión
constante de nuestras creencias y costumbres nos llevarán a la muerte continua,
que es la mejor forma de vida. Uno debe entregarse a la muerte para poder
entregarse a la vida.
La novela
es una forma de autobiografía, es inevitable no hablar de nuestra vida a la
hora de escribir, algo de nosotros les heredamos a los personajes. ¿Cuántas
veces Pterocles habrá muerto para transformarse en el iracundo e irreverente
escritor que hoy es?
Yo lo
conocí varias veces. Una vez estábamos asaltando una chinampa cargada de pulque
en una de las lagunas de la antigua Ciudad de México, uno de nosotros murió esa
noche, no recuerdo quién. Otra vez nos subimos al ring, y decir ring, es un
decir, en aquel puerto de las islas británicas, el campo de batalla no era otra
cosa que unas cuantas cuerdas amarradas, alrededor había una muchedumbre
hambrienta de sangre, no había límite de rounds ni reglas específicas, nuestro
tamaño y peso era disparejo, eso no evitó que nos diéramos con todo, aquello
fue una masacre mutua. Otro día les digo quién ganó.
Adrián Román lee. |
Nos morimos
y nacemos. De eso va esta novela, es una invitación a transformarnos, porque no
importa que el personaje se encuentre condenado a muerte. Todos estamos
encaminados a dejar esta tierra. La cosa es comenzar a vivir de otro modo. Aquí
hay un autor vivo, que invita al lector a ser rebelde. ¿Por qué obedecer los
aburridos preceptos de las buenas costumbres?
Pterocles y Adrián. |
Pterocles
es un escritor de versos fuertes, es un hombre de mirada fina que sabe
interpretar bien lo que ve, y sabe transmitirlo. Lo demuestran sus cuentos,
en donde hace un alarde del lenguaje callejero a veces, pero también escudriña
en el alma humana y reconoce esos momentos en los que un hombre se quiebra. La potencia
de su pluma o de sus manos sobre el teclado se deja ver en su otra novela,
Demoníaca, en donde Pterocles se disfraza de travesti, e indaga en las más
oscuras costumbres y sentimientos, anhelos y perversiones de un personaje. No hay
otro modo de hacer algo memorable que dejando todo sobre el ring.
Los samuráis
deben tener siempre presenta la muerte. Esa presencia constante es lo que nos
mantiene amarrados a la humildad. Una muerte inmejorable sólo puede darse a
través de una vida llena de rupturas.
Celebro la
novela, porque su aparición obedece al sueño sincero de un hombre por contar,
un hombre que fue soldador, que estudió ingeniería, que fue boxeador y no que
no se hallaba, no lo hacía hasta que descubrió que estaba bendecido por las
letras, que mediante ellas le daría salida a todas sus frustraciones y sueños. Pterocles
es un hombre que asumió la responsabilidad de ser artista, puso su talento al
servicio de nosotros para que nos animemos a transformarnos, a morir. Salud,
compadre. Que vengan muchas novelas más.
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