• Con motivo del cambio que enfrontarán en próximas fechas los 46 H. Ayuntamientos del estado de Guanajuato, así como en relación con las nuevas configuraciones de las administraciones públicas municipales en materia de bienes y servicios culturales, la Ley Orgánica Municipal para el estado de Guanajuato, publicada en el Periódico Oficial el 17 de julio del 2001, hace mención -en el apartado treceavo- que los ayuntamientos tendrán además del compromiso de brindar agua potable, alumbrado, seguridad pública como parte de los servicios públicos municipales, el de administrar y proveer: “Bibliotecas públicas y Casa de la Cultura”.
En este sentido, el objetivo de las Casas de la Cultura es la de “Contribuir a que la población participe de manera más consciente y sistemática en la vida cultural de su comunidad.” Entre sus estrategias: “para conseguir que la población participe en la vida cultural de la comunidad es necesario propiciar que la sociedad tome parte en las tareas de conservación, acrecentamiento y difusión de una cultura viva y actuante, que contribuya a una mejor convivencia y calidad de vida.”
A este respecto, vale la pena una reflexión más profunda sobre las nuevas competencias ante los nuevos retos de la gestión pública, sobre todo en materia de manejo del patrimonio cultural. Las formas de gestión más complejas que van asumiendo las administraciones en relación con otros agentes culturales demandan de directores de casas de cultura, así como de encargados de las bibliotecas públicas municipales con un perfil profesional más específico.
Este texto tiene la intención de exponer las competencias necesarias de los gestores culturales como posibles administradores culturales o encargados de las bibliotecas públicas municipales, en el marco de los nuevos contextos de las políticas culturales y el desarrollo del sector.
Vale atender que es primordial recuperar la faceta más emprendedora del gestor cultural como innovador, capaz del diseño de nuevas prospectivas y proyectos.
La reflexión apunta, entonces, a la necesidad de un perfil gerencial específico o especializado en contra de la tendencia a una gerencia inespecífica. La gestión o administración de la cultura reclama unos conocimientos y sensibilidades que requieren una cierta especialidad.
A continuación, se muestran las nuevas competencias de los gestores culturales ante el reto de nuevas formas de gestión.
A. COMPETENCIAS CLAVE DE LA GESTIÓN CULTURAL EN GENERAL
Competencias básicas:
1. Competencia de situar su acción profesional a escala local y global.
2. Competencia de diagnóstico y de modelizar información para su acción profesional.
3. Competencia de mediación entre diferentes actores de su campo profesional.
4. Competencia de transferir información, conocimiento y sistemas.
5. Competencia de innovación en el propio sector.
(Continuará.)
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