miércoles, 24 de junio de 2009

Se acabó la diversión VII

Una discográfica en Múnich: Las discográficas de la diversión están en apuros: la venta en las calles ha evidenciado unas ganancias escandalosas. La tecnología les zurra. Pero la discográfica independiente, con un proyecto para la cultura desde la música, señala caminos diferentes.

Stefan Winter, desde su pequeño taller de Múnich predica -cual luterano contemporáneo- que en la gestión de la música hay esperanza. Su evangelio: imaginación desatada, mestizaje radical, sin fronteras, de todas las músicas del mundo. Desde 1977 Winter & Winter ha sacado noventa títulos con sones de África, Asia, América y Europa, mezclando sonidos de la calle y de la vida.

Las grandes discográficas le piden consejo. A él, el pequeño creativo, con pasado hippie, con pañuelos largos en el cuello. Trabaja con sólo dos personas más, en un local humilde que es, a la vez, galería de arte, exponiendo productos/servicios de música que trabaja con artistas poco conocidos, pero que llevan dentro el fuego del talento íntimo y explosivo. ¿Sus mandamientos?

  1. Hacer las cosas con amor y convencido de lo que quiero.
  2. Ideas propias, maduradas, y encargos nítidos con colaboración constante, con complicidad total.
  3. Viajar a lo ajeno para aprender.
  4. Huir de la obsesión de llegar a la masas: quiero llegar a los que gozan, porque los números no son lo más importante.
  5. Los detalles, los envoltorios, las maneras... deben ser especiales.
  6. No andar por territorios ya trillados.

Aparantemente sencillo: radicalmente eficaz. Y un dato a retener: las pequeñas organizaciones para la cultura navegan mejor, más flexible y eficazmente, en las ciudades y el mundo complejos, saturados. (Continuará.)

No hay comentarios: