sábado, 19 de septiembre de 2015

Visiones Paranoicas

Visiones paranoicas, crímenes de estado y un increíble gusano con antenas amarillas

Pterocles Arenarius

El jueves 17 de septiembre, en la noche, desafiando un despiadado aguacero, nos apersonamos, empapados, en el antro llamado Visiones Paranoicas (Paranoid Visions), así, bilingüe. Un antro donde se dan cita los vampiros y los zombies citadinos para, en lugar de chupar sangre, chupar tequila o ron, que es, en realidad lo que les gusta. El sitio está en penumbras, como debe ser, recordemos que los vampiros no soportan la luz del sol y los zombies prefieren la oscuridad. Es ahí donde Carlos 

Visiones Paranoicas. Ya lo creo.

Camaleón organiza la Feria de Editoriales Alternativas. En el antro están distribuidas mesas con publicaciones de las editoriales, en efecto, “alternativas” que ofrecen sus literaturas. Después de un largo rato de espera porque la gente no llegaba debido al inexpugnable aguacero, lapso que aprovechamos para ingerir bebidas alcohólicas, empieza el acto. Una chica con agradable desparpajo empieza a dirigirse al público a través del micrófono. Asegura que el acto sexual es también un suceso político. Lo que nos hace recordar aquel verso “amar es combatir, si dos se besan el mundo cambia, encarnan los deseos, el pensamiento encarna, brotan alas en las espaldas del esclavo,...”.

Todo puede ser usado en tu favor,
porque, con imaginación,  todo es susceptible de convertirse en
objeto de placer erótico.
La muchacha invita a que hagamos el amor, nos induce al coito y a que las mujeres se exploren, que conozcan sus cuerpos y que cojan o no, se autoestimulen y ejerzan su libertad y conozcan su propia anatomía. Y luego, tantito peor, invita a gente del público a que haga conocer algún secreto acerca de sus prácticas íntimas en el ámbito de la cogedera. Quizá no con esas palabras pero con similar desenfado. Híjole, nadie se atrevía a ponerse de pie y contar alguna de sus más originales cochinadas (no olvidemos que el sexo es un acto eminentemente sucio: intercambio de toda clase de fluidos públicamente vergonzosos, y otras sustancias corporales; “ósmosis microbiana” llamaban al beso cuando yo iba en la secundaria. Una porquería, sin duda. Es el sexo la instancia para regresar a la animalidad, por eso es sagrado). Además se ofrecía una “pastilla del día siguiente” —por si cogiste sin protección o pudieras haber sufrido un accidente que te rompiese el condón—; un anillo vibrador 

Pterocles Arenarius, un simple escritor. Omar García, un simple héroe.

aplicable al clítoris para que una muchacha enloquezca (o se irrite la zona); un sobrecito con lubricante por si quieres intentar el sexo anal, darle por el culito a tu novia y un condón con sabor a frutas del bosque, producto totalmente ecológico. En fin, como nadie se atrevía a pesar de tan apetecibles obsequios, este viejo iracundo (pero no menos concupiscente), levantó la mano y se aproximó al micrófono y, descaradamente, como ameritaba la ocasión, habló de ciertas formas de 

Pterocles Arenarius.
complacer a la compañera (canceló múltiples posibilidades al limitarse al ámbito heterosexual), acciones que no se explicitarán en este espacio. Con lo cual se rompió el silencio y se lubricó el ambiente. De inmediato el editor Cuauhtémoc, El Témok, Saucedo, con un lenguaje que procuraba la mayor explicitud e incluso no poca rispidez, procedió a extender una explicación de sus procedimientos en la práctica del cunnilingus.
Eran las nueve de la noche y María y yo no habíamos comido. La cosa fue así: fuimos a nuestro taller de literatura Tipheret o La Belleza, así, con mayúsculas. Leímos dos textos formidables de Froylán Miguel y de Quique Ramírez, dos poetas que muy pronto van a irrumpir como lo que son, excelentes poetas. Leímos sólo un texto por cada autor y nos fuimos a la presentación, así que ella y yo no alcanzamos a comer, por lo que, hambrientos, después de la instrucción del Témok, un ínterin fue aprovechado para ir a regalarnos un tentempié. Cuando, deglutiendo con alto gozo, estábamos a punto de sentirnos satisfechos nos telefoneó el maestro Jorge Borja, antologador y coautor de la antología Los 43, libro que se presentaría entre las editoriales alternativas, motivo por el que estábamos en el Visiones...

Para que quede en la historia. Para que nunca más vuelvan a pensar en
cometer crímenes desde el poder.

Presentamos Los 43. En un ambiente muy próximo a la anarquía anarquizante, sin teoría, sin ley ni obediencia a Dios y mucho menos al estado, llevamos un mensaje de eminente contenido político. Teníamos que hablar de uno de los crímenes más atroces de la larga cadena de crímenes del gobierno 

Todo es política se dijo. Hasta coger lo es.

priísta en su larga historia de asesinatos. El crimen de los 43 muchachos de Ayotzinapa. Un múltiple homicidio de estado. Les dijimos a los darketos, a los punketos, a los de grupos “alternativos”, que estamos gobernados por una banda de criminales cuyas prioridades son el saqueo del erario, la mentira sistemática y el asesinato de quienes no estén de acuerdo con sus objetivos.

El maestro Borja y el joven Borja, su relevo.

La gente joven está harta del gobierno, mucho más ellos que los grupos de personas “serias”. Sabemos que los niveles de popularidad de este gobierno están para llorar, pero mucho más allá, no quieren darse cuenta de que están sentados en un barril de dinamita. No tienen futuro. Como nunca 

Pterocles y Omar.

los muchachos son rebeldes y creo que nunca entre la gente joven había habido tanta consciencia de lo que vivimos como en este momento. Ellos representan el futuro, también el del gobierno. Pero antes que nada tenemos que cambiar este régimen contranatura que, muy lejos de servir a la gente, se dedica a robarla y asesinarla. Salimos del Visiones Paranoicas poco antes de media noche y con el gusto que provoca la libertad en exceso; ciertos de que la libertad nunca puede llegar al exceso si es que no afectas la libertad ajena.


¡Oruga negra que vienes de la Tierra!/ ¿Qué ojo, qué mano pudo forjar/
tu terrible simetría!

Al día siguiente tuve que hacer un viaje a Perote, Veracruz. Fui y vine. En la noche participé en una reunión de un grupo político, la Red 32, Democrática y Participativa; así, todo en femenino. De tal manera que el próximo domingo 27 de septiembre, en un acto para presentar el libro Los 43, a la vez servirá para que el grupo salga a la luz, las conductoras del evento y las que den el mensaje de esta organización serán sólo mujeres. Salimos de la reunión y en la calle encontramos unos niños que traían una maravillosa oruga. Era negra como si la hubieran hecho de brillante plástico. Tenía 

Seres maravillosos habitan esta Tierra. Pero también los hay terribles.
Recordemos a los que dicen que nos gobiernan.

decenas de increíbles, preciosas extensiones amarillas —que no sé si llamar antenas, sin duda no lo son (o, con duda, sólo Dios sabe)— que le daban un aspecto alucinante al hermoso gusano. Les dije que la pusieran en un árbol, que no la fueran a matar, que esas orugas son buenas y que después se convierten en mariposas. Los niños me dijeron que si quería me la regalaban. Les dije que sí. Me traje el gusano a mi casa y, después de cenar, porque una vez más —obedeciendo a la insensata costumbre de comer diariamente— estaba hambriento, lo fui a colocar en un jardín amplio dentro del parque cuadrado de la colonia.

No hay comentarios: