GUILLERMO VELÁZQUEZ Y LOS LEONES DE LA SIERRA DE XICHÚ
COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA
21 de Julio del 2011. Guanajuato, Gto.
Serranos como nos dicen,
rancheros ejidatarios,
viejos revolucionarios,
dignos por donde le aticen,
no nos gusta que nos pisen,
somos de esa gente impuesta
al comal y a lo que tuesta
la lumbre de buena leña.
Si quieren el santo y seña:
NOS GUSTAN LOS DÍAS DE FIESTA,
SONES PARA ZAPATEAR,
Y NO NOS PIQUEN LA CRESTA
PORQUE LES PUEDE PESAR.
…………………………
El pasado 22 de junio, con motivo de la presentación del 39 Festival Internacional Cervantino, y ante el cuestionamiento de la corresponsal de la revista Proceso acerca del porqué en las últimas tres ediciones Los Leones de la Sierra de Xichú no hemos participado, tanto la directora de dicho Festival, Lidia Camacho, como Juan Alcocer, titular del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato, declararon que nuestra ausencia se debe a que no hemos respondido a las convocatorias ni nos hemos inscrito en las audiciones previas que se realizan. Asimismo, todavía el miércoles 30 de junio, este último funcionario en un desayuno con reporteros, aquí en la capital del estado, volvió a rechazar que estemos siendo objeto de algún bloqueo o censura, y según el relato de una nota periodística afirmó lo siguiente:
“Se publicó una convocatoria, quienes respondieron a ella presentaron un proyecto y fueron aceptados. Así de fácil…” (…) “No hay que pensar mal respecto a este asunto, porque no existen otros motivos, simple y sencillamente ese grupo no respondió a la convocatoria”.
Debido a que dichas declaraciones tanto de Lidia Camacho como de Juan Alcocer son falsas, por respeto a la tradición que representamos y a las personas que la aprecian y sustentan, hemos considerado necesario dar a conocer una serie de hechos concretos y comprobados, los cuales demuestran que la fiesta de la palabra y la memoria que tuvo lugar en la Alhóndiga a lo largo de 16 años, gracias a la energía ancestral del Huapango Arribeño y de la poesía decimal trovada e improvisada, en realidad fue cancelada por razones de índole política y como un acto de censura en el que no sólo intervino el director del Instituto Estatal de la Cultura, sino funcionarios del primer círculo del gobernador Juan Manuel Oliva. Y por sus dichos, observamos que a ese atentado contra la libertad de expresión ahora también se ha sumado la directora del FIC, Lidia Camacho.
Las personas que para bien o para mal, en los 30 años que llevo ejerciendo mi destino huapanguero, se han interesado en nuestro trabajo tendrán su propia y muy respetable opinión sobre lo que hacemos, pero en lo que a mi respecta y ateniéndome a los hechos, nunca he sido un trovador o un juglar cortesano y palaciego, y para mantener nuestro diálogo con la gente que nos aprecia tampoco hemos dependido de los espacios institucionales ni de los funcionarios de la cultura. Porque con todo y que desde hace muchos años se han diversificado los foros y espacios, nuestro oficio artístico sigue permanentemente vinculado a las topadas, a las fiestas de toda índole, y siempre hemos afirmado que no son los viajes al extranjero ni los grandes festivales lo que nos da razón de ser como artistas, sino nuestro desempeño ordinario y cotidiano en el universo natural de la tradición. Tampoco nos ha gustado nunca hablar de más, y aun sabiendo —porque no somos ingenuos— cuál fue la causa real por la que se terminaron para nosotros las invitaciones para tocar en la Alhóndiga, habíamos decidido no hacer ningún pronunciamiento al respecto, pero ante las mentiras que recientemente se han divulgado es necesario que la opinión pública conozca la verdad de las cosas.
En público y en privado hemos valorado y reconocido que la participación en el FIC, y en el espacio de la Alhóndiga en particular, se constituyó en una oportunidad privilegiada que nos permitió darle pabilo a la creatividad y poder tener invitados de primer nivel. Siempre fue muy estimulante el encuentro con ese público tan popular y tan exigente que cada año nos acompañaba. Desde 1992 (con excepción del año 2000) y hasta el 2008, realizamos 16 producciones especiales. Enuncio a continuación el nombre de las mismas:
1992: “Fiestas y quebrantos”
1993: “Devociones, amores, híbridos y agravios”
1994: “Lo que sea, que suene el Son”
1995: “La Sierra Gorda que canta”
1996: “Umbrales”
1997: “Son porque Son”
1998: “Tradición y destino”
1999: “Por los tiempos que vendrán”
2001: “Tierra donde nací”
2002: “Por las mujeres”
2003: “Soy página de Internet y memoria de mis viejos”
2004: “Con Cuba México y punto”
2005: “Dos tradiciones distintas y un solo SON verdadero”
2006: “Latinoamérica es una”
2007: “Como México SÍ hay dos”
2008: “Del rock a la palabra y de la palabra al son”
Durante esos dieciséis años tuvimos como invitados a exponentes emblemáticos de la música tradicional mexicana como don Juan Reynoso, Los Camperos de Valles, Tata Gervasio, La Negra Graciana, Mono Blanco, Bola Suriana, también a guitarristas prodigiosos como Cleofás Villegas, Manuel Guarneros, Delfor Sombra, Joaquín Pantoja, Felipe Souza y Jorge García; también pisaron la Alhóndiga mujeres excepcionales como Hebe Rosell, Nina Galindo, Lily Tamayo, Alicia Flores, Lourdes Pérez. También fue posible que llegaran a ese espacio algunos de los más virtuosos payadores e improvisadores iberoamericanos como el cubano Alexis Díaz Pimienta, el uruguayo José Curbelo y los puertorriqueños Roberto Silva, Isidro Fernández y Casiano Betancourt junto con la orquesta Mapeyé. Y por supuesto, también en varios momentos estuvo presente la fuerza de hondas tradiciones serranas como la de las mojigangas del Valle del Maíz, las danzas concheras y Chichimecas, o la voz, la palabra y el talento de nuestros más legendarios patriarcas de la música y la poesía campesina como don Francisco Berrones, don Antonio García o don Chebo Mendez. Igualmente, en las últimas ediciones diseñamos espectáculos donde nuestra tradición dialogó con la obra de artistas como Óscar Chávez, Guillermo Briseño o Jaime López.
Han dicho los funcionarios mencionados que en los últimos tres años “no hemos respondido a la convocatoria”. No nos queda duda que mienten para ocultar el trasfondo de este asunto, pues durante los 16 años el mecanismo para participar en ese foro siempre fue el siguiente: en los primeros meses del año recibíamos un oficio invitándonos ex profeso a participar en la Alhóndiga, y entonces nosotros nos disponíamos a elaborar un proyecto que en el transcurso de las siguientes semanas íbamos consensando presupuestalmente con el Instituto Estatal de la Cultura, bajo la premisa compartida con ellos y con el FIC de propiciar en cada nueva edición un espectáculo de calidad artística, y por nuestra parte siempre tratando de demostrar que:
La música de la sierra
no es cualesquier “musiquita”,
es corazón que palpita,
voz profunda de la tierra,
es alarido de guerra
y demostración de brío,
es caricia, sol de estío,
raíz —y a veces cartucho—
que vive desde hace mucho
en perenne desafío.
Los respectivos funcionarios culturales de esos años, tanto del estado como de la federación, saben bien que nosotros nunca hicimos cabildeo alguno para que se nos incluyera en la programación. Nunca hemos tenido “manager”, ni jamás ha sido nuestro estilo ni nuestra práctica andar ofreciéndonos para que nos incluyan en ese u otros foros. Tenemos muy clara la naturaleza de la tradición que ejercemos así como los espacios naturales y comunitarios a los que nos debemos. Pero además ¿no es un gesto de absoluta ignorancia insinuar que si revivieran nuestros poetas-patriarcas, como don Francisco Berrones o don Antonio García, tendríamos que llevarlos a hacer casting para que pudieran volver a pisar la Alhóndiga?, ¿y en qué cabeza cabe que tendrían que haber hecho fila Óscar Chávez, Jaime López o Guillermo Briseño de modo que los burócratas se convencieran de que merecían estar en ese foro? Si durante 16 años estuvimos presentes fue porque, además de los valores intrínsecos de nuestra tradición, seguramente había entonces funcionarios que aunque quizás no compartieran nuestras opiniones sobre algunos temas sociales, tenían la inteligencia y sensibilidad suficientes para comprender que lo que acontecía anualmente en la Alhóndiga no era estrictamente un concierto “exitoso” de Los Leones de la Sierra, sino un ritual colectivo alimentado de la savia musical y poética del México más profundo y entrañable. Por todo lo anterior, el argumento esgrimido por Juan Alcocer y Lidia Camacho de que no hemos respondido a las convocatorias en los últimos tres años es absolutamente falso, pues desde hace tres años ni invitaciones ni convocatorias han existido para nosotros.
Desde principios del gobierno de Juan Manuel Oliva comenzamos a percibir la hostilidad hacia nuestro trabajo. Podemos afirmar, por ejemplo, que una de las primeras crisis que enfrentó Juan Alcocer, recién estrenado en sus funciones, tuvo lugar cuando Juana de la Cruz Martínez Andrade, Coordinadora General de Comunicación Social del gobierno del estado, lo reprendió enérgicamente a las pocas horas de nuestro concierto de octubre de 2006. Ahora bien, es cierto que ya en este sexenio realizamos todavía tres producciones, sin embargo el espectáculo del 2006: “Latinoamérica es una”, en realidad fue posible porque ya lo había dejado programado la administración anterior del Instituto. Asimismo, y a partir de datos confirmados con funcionarios de entonces, podemos aseverar que las siguientes dos invitaciones (la del 2007, en la que compartimos escenario con Óscar Chávez, así como la del 2008, en que tuvimos como invitados a Jaime López y Guillermo Briseño) fueron sostenidas desde la oficinas centrales del FIC no sin pocas dificultades con quienes aquí en Guanajuato desde el comienzo del sexenio buscaban la manera de que quedáramos fuera de la programación. En esos tres últimos casos, aunque el Instituto Estatal de la Cultura nos giró el oficio —porque ellos ineludiblemente tenían que ser el enlace operativo— en el mismo se nos indicaba que la decisión de participar había sido tomada por un “comité consultivo interinstitucional”.
El del 23 de octubre de 2008 fue nuestro último concierto en la Alhóndiga. Esa ocasión, acompañados por los rocanroleros Guillermo Briseño y Jaime López, y recurriendo a recursos multimedia, además de muchas otras temáticas abordamos en algunas trovas las terribles realidades del país (el tráfico de influencias de Mouriño, la tentativa de privatizar el petróleo, la escalada del narcotráfico y del crimen organizado, entre otros temas) y al momento de las tradicionales calaveras, cuando llegó otra vez el turno de las rimas alusivas a Juan Manuel Oliva, el público le lanzó, por tercer año consecutivo, una rechifla generalizada (igual que las hubo en su momento para Medina Plascencia, Martín Huerta, Romero Hicks, Salinas, Zedillo, Fox, etc.) Una reportera recogió esa noche una expresión de Guillermo Briseño, quien proféticamente señaló que en el transcurso del espectáculo sentía que en cualquier momento nos iban a bajar el switch.
Coincidentemente, a partir de aquella primera reprimenda a Juan Alcocer y sobre todo después de ese último concierto nuestro (en el que seguramente “les colmamos el plato”) y hasta el día de hoy, no sólo fuimos desapareciendo de las programaciones habituales que el Instituto Estatal de la Cultura genera a través de su Dirección de Difusión Artística, sino que igualmente, en los últimos cinco años se cuentan con los dedos las ocasiones en las que los funcionarios de esa institución han otorgado apoyo a clubes de paisanos emigrados en los USA o a quienes en el estado les solicitan financiar algún concierto nuestro en sus festividades. Tenemos confirmado que hay un argumento con tufo lópezportillista que durante estos años ha prevalecido: “dicen que no nos contratan porque si queremos hablar mal del gobierno pues que lo hagamos, pero en espacios en que no nos paguen con dinero del que manejan la instituciones...”.
En esa afirmación y paranoia asoma no sólo la intolerancia, sino otra vez más la ignorancia, pues en la tradición milenaria de la que provenimos, los poetas y juglares siempre han sido cronistas del devenir histórico y críticos de quienes ejercen el poder para que no se endiosen y para que no se les olvide cumplir lo que le prometen a la gente que los encumbra. Pero además, quienes en verdad conocen la obra de Los Leones de la Sierra saben que las temáticas de nuestras composiciones abrevan en la multiplicidad de dimensiones que tiene la vida y que nuestra propuesta artística de ninguna manera se reduce a los contenidos que critican y cuestionan a los gobernantes, a los partidos políticos o a los poderes fácticos.
Pero que nadie se llame a engaño: ni nos estamos victimizando, ni le estamos mandando copia de este relato a la CNDH, ni estamos pretendiendo afirmar que somos perseguidos políticos. Entendemos en su justa dimensión lo que acontece, y tampoco es la primera ocasión en las tres décadas que llevamos en el destino huapanguero que vivimos este tipo de situaciones, ni somos los únicos. En distintos momentos y contextos hemos conocido bloqueos, asedios caciquiles, malhumores, difamación y guerra sucia de alcaldes y políticos pueblerinos de prácticamente todos los partidos.
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Algunas situaciones al principio hasta nos han parecido bromas, pero para sorpresa nuestra no ha sido así, como el año pasado, cuando en el contexto de una invitación para tocar en la ciudad de Irapuato, con motivo de las fiestas del Bicentenario, llegó a mi correo una comunicación firmada por la maestra Felícitas Méndez Mata, quien en ese momento fungía como secretaria técnica de la comisión municipal de esos festejos, y posteriormente también pude saber que había sido diputada local suplente —y algunos meses propietaria— por el Partido Acción Nacional en el periodo 2006-2009.
Decía su correo:
ESTIMADO SENOR GUILLERMO: POR ESTE MEDIO ME DIRIJO A USTED PARA COMENTARLE QUE TENGO ENTENDIDO QUE USTED EN SUS PRESENTACIONES TRAE ALGUNA CANCIÓN QUE DESPRESTIGIA LA LABOR DE NUESTRO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA FELIPE CALDERÓN, POR LO TANTO LE PIDO DE FAVOR QUE LA EXCLUYA ESA Y ALGUNAS OTRAS QUE PUEDAN OFENDER A NUESTRO GOBIERNO TANTO MUNICIPAL, ESTATAL Y FEDERAL.
ESTO SERÍA PARA LA PRESENTACIÓN QUE TENDREMOS EN IRAPUATO EL DIA 30 DE JULIO DEL ACTUAL.
POR SUS ATENCIONES LE AGRADEZCO Y MIL GRACIAS.
FELÍCITAS MENDEZ MATA
…………………………..
De inmediato hubo una enérgica respuesta nuestra y todo concluyó con un correo en el que las autoridades de cultura de Irapuato se deslindaban puntualmente de los dichos de la maestra Felícitas.
Otra “perla” digna de la columna “Por mi madre bohemios” del tan querido Carlos Monsiváis es lo que sucedió en la cabecera municipal de Xichú el 4 de agosto del año pasado: invitado a tocar en la plaza por un comité de la comunidad con motivo del “día del párroco”, minutos antes de comenzar el señor cura me buscó en el escenario para decirme que “coincidentemente” el señor gobernador estaba de visita y lo habían invitado a la fiesta a comer junto con toda la feligresía, y debido a que el alcalde y él mismo aprovecharían para solicitarle ciertas obras, me pedía evitara en mi canto cosas que pudieran incomodarlo. Fue preciso contestarle, cortés pero con firmeza, que yo como trovador no aceptaba que nadie por ningún motivo me censurara, que así como su ministerio merecía respeto, lo mismo pedía para el mío —que es el de la palabra— y que la decisión de qué trovar me correspondía exclusivamente a mí. Luego de oír mi respuesta observé cómo se dirigió en seguida a dialogar con una persona del equipo de logística del gobernador que ya lo esperaba a pocos metros, y más tarde pude saber que los enviados del gobierno del estado desde un día antes habían platicado este asunto con el párroco, y condicionaron la presencia de Juan Manuel Oliva en la plaza a que yo no cantara nada que eventualmente pudiera hacerlo sentir mal. Hilé fino esa tarde y no dudo que en los archivos del CISEN y en la memoria del gobernador algún recuerdo perviva de los versos que trové.
Pero para concluir, y en referencia al asunto central que nos ocupa, quiero terminar diciendo que convocamos a esta conferencia de prensa para ejercer nuestro derecho de réplica y para dejar muy claro que si bien el FIC y el Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato están en libertad de invitar o excluir de sus programaciones a quien ellos quieran, a lo que no tienen derecho es a mentir, ni por salir del paso, ni por desdén, ni por quedar bien con el gobernador en turno, ni por ninguna razón.
Al público que por 16 años nos acompañó en la Alhóndiga le agradecemos su generosidad y cariño, y a quienes por sus filias y fobias políticas terminaron con el tradicional ritual colectivo que ahí sucedía y ahora nos emplazan engreídos a rastrear y bajar de Internet sus convocatorias para que haga casting nuestra tradición milenaria (que por cierto no se reduce a la propuesta de Los Leones de la Sierra) deben saber que no nos quita el sueño ver bloqueado el acceso a su programación, aun cuando los espacios institucionales que controlan, se sostienen y existen gracias al dinero público.
“600 artistas guanajuatenses participarán en el FIC, todos de primera calidad —presumió en otra parte de su declaración Juan Alcocer— como la Orquesta Sinfónica de la Universidad y el Ballet Folclórico…”. Al respecto, y a propósito de esos “criterios de calidad” que suelen determinar “el visto bueno” de los “altos funcionarios de la cultura”, nosotros orgullosos estamos de que en nuestro “currículum” predomine haber tocado en La Biznaga, El Capadero, La Gotera, El Devisadero, Mangas Cuatas y cientos de comunidades y pueblos de nuestro país que hemos pisado en los últimos 30 años. Y es que si bien también hemos estado en Londres, Nueva York, Berlín, París, Lisboa, Caracas o Nairobi, eso no nos significa más que haber tocado y seguir haciéndolo con la misma entrega y dignidad en bautizos o bodas humildes en Las Negritas, Las Enramadas, El Revolcadero, o La Mesa del Tigre. Al contrario de la mentalidad que suele prevalecer en las instituciones, a nosotros nos engrandece más el lodo que se nos pega en los zapatos para llegar a una topada en El Ranchito de los Guzmán y los gritos rancheros de júbilo en el apogeo de zapatear un son o un jarabe, que el reconocimiento en francés del Festival L’imaginaire 2011 o una reseña en Le Monde, aun cuando también esas vivencias y satisfacciones formen parte de nuestro haber.
¿O es que la música tradicional mexicana tiene que aprender a “bailar de puntitas” o a tocar por nota para que sea digna de ser tomada en cuenta por los “exquisitos” y clasistas criterios que casi siempre subyacen en la selección de un elenco artístico en las cúpulas de la burocracia cultural? ¿O tiene que venir algún gringo o europeo a decir que el huapango arribeño “¡is so cool!” para que se le reconozca valor cultural y artístico?
Más allá de la estrechez mental de muchos gobernantes y funcionarios, afortunadamente la genuina música tradicional mexicana tiene y seguirá teniendo vida propia mientras no pierda el vínculo comunitario que la nutre. Y así haya apoyos institucionales o no, va a continuar vigente y revitalizándose para bien de todos, porque la música tradicional de cada región de nuestro país ha sido siempre, y hoy más que nunca, un referente inextinguible de memoria histórica, resistencia y vitalidad. O dicho de otra manera y por lo que toca a nosotros, a nuestra tradición y al país al que orgullosamente pertenecemos como artistas populares:
MÉXICO no sólo es
la rapacidad política
ni la falta de autocrítica,
ni el narco y la sordidez,
hay ímpetus que a su vez
alumbran la lontananza,
nutren la mágica danza,
y el poder de la intuición
pone a salvo el corazón
y reafirma la esperanza
.................
Son tiempos de incertidumbre
y no hay luces en el set
ni página de Internet
en que algún link se vislumbre.
Hay un tufo a óxido, a herrumbre,
pero el alma no se cansa
y haciendo punta de lanza
con acendrada pasión
pone a salvo el corazón
y reafirma la esperanza.
.................
Ya es hora de que amanezca,
ya es hora de remar fuerte
para impedir que la muerte
se aposente y prevalezca,
que la vida resplandezca
mientras germina y se afianza,
que no cese la labranza
de cuanto con decisión
pone a salvo el corazón
y reafirma la esperanza.
......................
La cábala es conjunción
de sabiduría y paciencia,
de lúcida inteligencia,
de inagotable intuición,
sembrada en la tradición
—que es mucho más que añoranza—
florece la vida, avanza,
y cada jarabe y son
pone a salvo el corazón
y reafirma la esperanza.
Guillermo Velázquez y Los Leones de la Sierra de Xichú. Guanajuato, Gto. Julio 21 de 2011.
1 comentario:
Señores leones, aviéntense a tocar en las calles de Guanajuato, gratis, para que todos los disfruten. Aviéntense a hacerlo fuera del erario y den a ese pueblo al que se deben una probada de su maestría musical, pero sin cobrarles.
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