viernes, 22 de julio de 2011

Los Leones y el FIC

Los Leones y el FIC

Pterocles Arenarius

El Instituto Estatal de Cultura de Guanajuato (IECG) ha censurado a los Leones de la Sierra de Xichú al excluirlo del Festival Internacional Cervantino (FIC) y al tratar de ningunearlo con su dicho de que los Leones no se presentaron a hacer casting, es decir, no respondieron a la convocatoria que hace el IECG para participar en el FIC.
La circunstancia es más que entendible conociendo a los panistas y, peor aun, a los yunquistas que se han enquistado en el poder en Guanajuato. ¡Señores, estamos frente a Los soldados de Dios”, estamos frente a los que sostienen que “El que obedece no se equivoca” y los que pretenden “Imponer el reino de Dios en la Tierra”! Lo más raro de todo es que no hubieran censurado antes al insigne Guillermo Velázquez y sus maravillosos Leones de la Sierra de Xichú.
Poco haría si pretendo defender a los Leones (en los hechos el deber era desde que los excluyeron del FIC, en 2009), ellos se defienden solos y, sin duda, mejor. Pero no quiero dejar de señalar que, como mencioné en aquella encuesta en que se nos preguntó sobre la “Política cultural” que se aplica en Guanajuato, la respuesta sigue siendo, como en aquella ocasión ¿Hay alguna política cultural en Guanajuato? La cultura y el arte, para los ignaros —empezando por el góber precioso Juan Manuel Oliva— que gobiernan Guanajuato, es una actividad de degenerados y drogadictos. Es algo que abominan e incluso temen y tiene que ver con la degeneración que ocurre en el mundo. Y nada que ver, por supuesto, con los curas pederastas que con tanta frecuencia son exhibidos en casi todos los países católicos del mundo.
En Guanajuato no sólo no hay una política cultural, hay una guerra contra la cultura y el arte y si la dicha política existe será con afanes de exterminar a la cultura, como acaban de demostrarlo con sus declaraciones sobre Guillermo Velázquez y los Leones.
Excluir a los Leones de la Sierra de Xichú es equivalente al acto de aquella síndica de Guanajuato capital (llamada Teresita del Niño Jesús, por cierto), cuando, con toda la candidez del mundo promulgó aquel bando histórico que prohibía besarse en la calle (¡en la ciudad que se jacta de contar con el callejón del beso!). Prohibir (o en su caso censurar) a Guillermo Velázquez en Guanajuato es como prohibir los besos en el callejón del beso.
Los Leones de la Sierra de Xichú son, en el ámbito de la creación y el arte guanajuatenses, el más grande orgullo del estado. Son también uno de los orgullos de este pobre país que está en manos de gente tan bruta y tan perversa.
Y los gobernantes de Guanajuato, empezando por Juan Manuel Oliva, continuando con Alcocer y los funcionaretes que cobran por destruir nuestra cultura desde las instituciones “de cultura” en Guanajuato y terminando con el presidente borracho (Felipe Calderón) que cometió el más grande fraude electoral de nuestra historia y que ha sumido a México en un baño de sangre no visto desde la Revolución, estos señores son nuestra más grande vergüenza.

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