Como católico reconocido por el rito del Bautismo, me siento engañado y manipulado por los más altos representantes de mi Iglesia. Creo en la Palabra de Jesús, pero no en su tergiversación y en el ejemplo de los que dicen preservarla.
Benedicto XVI, yo te acuso de encubridor y cómplice de pederastas: porque siendo Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe debiste luchar contra los más de 4 mil casos de pederastia (entiéndase abusos sexuales y violaciones a menores) denunciados durante el papado de Juan Pablo II, pero no hiciste nada. Es notorio y está perfectamente documentado el caso del padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo además de amigo íntimo y protegido de Juan Pablo II.
El 23 de febrero del año 1997 se publicó en el Connecticut Hartford Courant (periódico impreso de EEUU), una carta de denuncia por parte de ocho miembros de los Legionarios de Cristo, acusando a Juan Pablo II y al entonces cardenal Joseph Ratzinger de denegación al acceso de la justicia, por una denuncia de pederastia en contra del padre Marcial Maciel. El 17 de octubre del año 1998 los afectados presentaron, ante la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, una denuncia canónica por estos hechos, y recibieron como respuesta el silencio y el desprecio. El 26 de noviembre del año 2004 el Papa Juan Pablo II, ya teniendo conocimiento de estas denuncias y de otras tantas, referentes a la conducta inmoral y delictiva de su amigo Marcial Maciel, le ofreció al acusado el respaldo público en una fastuosa misa por sus sesenta años como sacerdote, con la alabanza de “que estaba colmado de los dones del Espíritu Santo”.
El hecho arriba descrito es una muestra de la conducta de Juan Pablo II y del cardenal Joseph Ratzinger, ahora conocido como Benedicto XVI, ante las denuncias recibidas de las víctimas de violaciones y abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos, constituyendo la permisividad y el encubrimiento el proceder delictivo de los dos más altos representantes de la Iglesia Católica.
Los casos de pederastia hasta ahora denunciados, durante el papado de Juan Pablo II, ascienden a más de 4.000.
Benedicto XVI, yo te acuso de vejar la imagen de Jesucristo: porque él era humilde, se vestía con ropajes sencillos y convivía con los desheredados, cuando tú, sin embargo, te vistes con lujosas vestimentas, te adornas con oro y piedras preciosas, y te juntas con los ricos y con los poderosos. ¿Entendiste el verdadero mensaje de Jesús? ¿Cómo osas a ensuciar su imagen con tal descaro?
Benedicto XVI, yo te acuso de tergiversar el verdadero mensaje de Jesús: pues él fue crucificado, precisamente, por luchar contra una Iglesia muy parecida a la que tú representas: una desviación pagana de la idea original. Tú, Benedicto XVI, eres un farsante. ¿Sabes realmente quién era Jesucristo y cuál era su misión?
Benedicto XVI, yo te acuso de utilizar la Palabra de Jesús para enajenar con la religión a aquéllos que tienen necesidad de acercarse a la verdad y, por el contrario, son engañados con una falsa moral para ser manipulados. ¿Acaso no entendiste todavía el sentido de los Evangelios?
Benedicto XVI, yo te acuso porque eres un criminal que se pasea por el mundo con total impunidad, muestra de la hipocresía que corrompe la moral de nuestro mundo y los cimientos de la misma sociedad. Como católico me avergüenzo de ti por usurpar el asiento de Pedro.
Benedicto XVI, yo te acuso de manipular la verdad por beatificar a Juan Pablo II, un criminal que permitió durante su mandato los abusos sexuales a más de 4 mil niños indefensos. ¿Es que necesita la Iglesia Católica de un santo para los pederastas?
Detrás de ti vendrá aquél que apaciguará a las ovejas en el tiempo de las tribulaciones, y después la Iglesia Católica y todas las religiones quedarán superadas con la llegada del que traerá tiempos de paz para los habitantes de este planeta. El Catolicismo, el Islam y otras religiones monoteístas pronto verán su final, para así terminar, de una vez por todas, con la esquizofrenia religiosa que pudrió los cimientos de la Humanidad.
Benedicto XVI, estás sentado en una silla que no te corresponde porque eres el representante del mal interpretando el papel del bueno.
Ahora yo te acuso, la historia ya te juzgará…
Pablo Paniagua, a 22 de marzo del 2012.
Benedicto XVI, yo te acuso de encubridor y cómplice de pederastas: porque siendo Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe debiste luchar contra los más de 4 mil casos de pederastia (entiéndase abusos sexuales y violaciones a menores) denunciados durante el papado de Juan Pablo II, pero no hiciste nada. Es notorio y está perfectamente documentado el caso del padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo además de amigo íntimo y protegido de Juan Pablo II.
El 23 de febrero del año 1997 se publicó en el Connecticut Hartford Courant (periódico impreso de EEUU), una carta de denuncia por parte de ocho miembros de los Legionarios de Cristo, acusando a Juan Pablo II y al entonces cardenal Joseph Ratzinger de denegación al acceso de la justicia, por una denuncia de pederastia en contra del padre Marcial Maciel. El 17 de octubre del año 1998 los afectados presentaron, ante la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, una denuncia canónica por estos hechos, y recibieron como respuesta el silencio y el desprecio. El 26 de noviembre del año 2004 el Papa Juan Pablo II, ya teniendo conocimiento de estas denuncias y de otras tantas, referentes a la conducta inmoral y delictiva de su amigo Marcial Maciel, le ofreció al acusado el respaldo público en una fastuosa misa por sus sesenta años como sacerdote, con la alabanza de “que estaba colmado de los dones del Espíritu Santo”.
El hecho arriba descrito es una muestra de la conducta de Juan Pablo II y del cardenal Joseph Ratzinger, ahora conocido como Benedicto XVI, ante las denuncias recibidas de las víctimas de violaciones y abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos, constituyendo la permisividad y el encubrimiento el proceder delictivo de los dos más altos representantes de la Iglesia Católica.
Los casos de pederastia hasta ahora denunciados, durante el papado de Juan Pablo II, ascienden a más de 4.000.
Benedicto XVI, yo te acuso de vejar la imagen de Jesucristo: porque él era humilde, se vestía con ropajes sencillos y convivía con los desheredados, cuando tú, sin embargo, te vistes con lujosas vestimentas, te adornas con oro y piedras preciosas, y te juntas con los ricos y con los poderosos. ¿Entendiste el verdadero mensaje de Jesús? ¿Cómo osas a ensuciar su imagen con tal descaro?
Benedicto XVI, yo te acuso de tergiversar el verdadero mensaje de Jesús: pues él fue crucificado, precisamente, por luchar contra una Iglesia muy parecida a la que tú representas: una desviación pagana de la idea original. Tú, Benedicto XVI, eres un farsante. ¿Sabes realmente quién era Jesucristo y cuál era su misión?
Benedicto XVI, yo te acuso de utilizar la Palabra de Jesús para enajenar con la religión a aquéllos que tienen necesidad de acercarse a la verdad y, por el contrario, son engañados con una falsa moral para ser manipulados. ¿Acaso no entendiste todavía el sentido de los Evangelios?
Benedicto XVI, yo te acuso porque eres un criminal que se pasea por el mundo con total impunidad, muestra de la hipocresía que corrompe la moral de nuestro mundo y los cimientos de la misma sociedad. Como católico me avergüenzo de ti por usurpar el asiento de Pedro.
Benedicto XVI, yo te acuso de manipular la verdad por beatificar a Juan Pablo II, un criminal que permitió durante su mandato los abusos sexuales a más de 4 mil niños indefensos. ¿Es que necesita la Iglesia Católica de un santo para los pederastas?
Detrás de ti vendrá aquél que apaciguará a las ovejas en el tiempo de las tribulaciones, y después la Iglesia Católica y todas las religiones quedarán superadas con la llegada del que traerá tiempos de paz para los habitantes de este planeta. El Catolicismo, el Islam y otras religiones monoteístas pronto verán su final, para así terminar, de una vez por todas, con la esquizofrenia religiosa que pudrió los cimientos de la Humanidad.
Benedicto XVI, estás sentado en una silla que no te corresponde porque eres el representante del mal interpretando el papel del bueno.
Ahora yo te acuso, la historia ya te juzgará…
Pablo Paniagua, a 22 de marzo del 2012.
1 comentario:
TOTALMENTE DE ACUERDO, DESGRACIADAMENTE SOMOS POCOS LOS QUE VEMOS LA VERDAD DE LAS COSAS,Y OTRA COSA NO CREO QUE NECESITEMOS NINGUN SANTO SI TENEMOS AL REY DE REYES, DIOS LOS BENDIGA.
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