miércoles, 8 de diciembre de 2010

Ahora lo que sigue, no bajar la guardia

Guanajuato, Gto., 6 de diciembre de 2010

Conciudadanos
Ayuntamiento de Guanajuato


El de día ayer fue histórico, pues los ciudadanos de este municipio, los habitantes de esta ciudad de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato, los interesados en participar en los asuntos públicos, derrotamos a la necedad y les hicimos evidente lo impopular e improcedente de la decisión del Ayuntamiento del día 13 de julio.
Les dijimos que no queremos más negocio privado con dinero público, les hicimos evidente su desatino, les apuntamos que no están para defender el interés de un particular sino velar por el bien general.
¿Ahora qué sigue?, varias cosas en la agenda:
En primer lugar, revocar el mal dado acuerdo de factibilidad de cambio de uso de suelo y hacer caso a la petición popular de que se hagan las gestiones necesarias para que el área de la Bufa, junto al cerro del Hormiguero y zonas aledañas, sea declarada zona natural protegida.
En segundo, hacer un plan de preservación del área para que no se trasforme en un basurero, sino en espacio de goce colectivo, fuera de “dignificaciones”.
En tercero, hacer partícipe a la ciudadanía para la conservación de la ciudad de Guanajuato, y generar mejores condiciones de vida en callejones, suburbios y áreas rurales, tomando en cuenta la opinión de expertos en el tema, como el Colegio de Arquitectos, el de historiadores, entre otros, sin olvidar lo que podamos decir y forjar los habitantes “de a pie”.
Un planteamiento que propongo es el de un programa de rescate de edificios en nuestra ciudad, y no me refiero a los de propiedad pública, sino a los privados, los que año con año se deterioran más en la temporada de lluvias, los que son dañados por la construcción de túneles y por las vibraciones producto del tráfico vehicular. Inmuebles cuyos dueños no tienen los recursos para su restauración (que no remodelación) y se van desbaratando poco a poco en plazas, callejuelas y callejones, que luego son nota en la prensa porque ya se derrumbaron y no hay cómo recuperarlos o reconstruirlos. Un proyecto que contemple el financiamiento de reparación de fincas, con base en créditos con facilidades de pago, para evitar su desplome, y entre sus condiciones sea el empleo de materiales originales o lo más cercanos. Programa que debe de extenderse a otras comunidades como son la Luz, Santa Rosa, entre otras, también en ellas existe patrimonio.
Hay mucho por ejecutar, pues es tanto por rescatar, prevenir, dotar. Nuestra ciudad es muy compleja por sus características topográficas, técnicas constructivas que se emplearon en su fábrica, naturaleza del terreno, en fin, diversos factores, pues no previeron sus primeros habitantes, hace más de 450 años, que habría vehículos automotores, que se crearía un polo turístico de lo que fue, primordialmente, un centro minero; que llegaría o nacería mucha más gente, una tranquila y trabajadora, otra aprovechada y explotadora.
El centro de la urbe guanajuateña se ha ido despoblando poco a poco, y ahora reinan en ella ruidosos antros, que embriagan estudiantes de lunes a jueves y turistas de viernes a domingo, sí, del mercado a Sangre de Cristo se ha transformado esta zona en “Guanajuantro”.
Hay que educarnos para no convertir nuestros callejones en auténticos muladares, o evitar la ley del que tiene el sonido más poderoso imponga sus preferencias musicales a los demás. Múltiples son los asuntos por atender, lo que significa trabajo, diagnóstico, planeación y designación de responsables.
Organizar adecuadamente el crecimiento poblacional hacia la zona sur, como se propuso desde hace más de treinta años, buscando el menor impacto ecológico, y que los estudios para ello no sean meros requisitos para desarrolladores urbanos.
Ahora que Nicéforo Guerrero Reynoso, presidente municipal, fue elegido nuevo líder de las ciudades del patrimonio mundial en nuestro país (aparte de lo acertado o no de tal nombramiento), y que prometió gestionar recursos, bien pudiera hacerlo para solucionar algo de lo aquí expuesto.
Creo que ahora el Ayuntamiento, después de las descalificaciones de que fuimos objeto los opositores a la pretendida urbanización, tiene la oportunidad de recuperar la honorabilidad perdida, porque esa “h” no debe reducirse una mera forma protocolaria para redactar documentos, sino el símbolo de trabajo, probidad y amor por nuestro municipio, cabecera y comunidades municipales, regidos por principios democráticos. Pero no crean que les vamos a dejar a su mero criterio el gobierno de nuestro municipio, puesto que ya sabemos por cuál se rigen, ganamos nuestro derecho a participar, no nos vamos a ir. Nunca más un Guanajuato gobernado y administrado sin sus ciudadanos.

Atentamente
José de Jesús Gutiérrez Guerrero
Ciudadano guanajuateño, siempre preocupado la tierra de los amores, de propios y extrínsecos.

Nota: Carta transcrita bajo autorización del autor. Gracia, Peque.

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