jueves, 9 de septiembre de 2010

Carta al Johnny, alcalde de Silao

Carta al alcalde de Silao

C. Juan Roberto Tovar Torres, presidente municipal de Silao de la Victoria, Guanajuato. Señor:

Veo con asombro que su gobierno ha decidido retirar el monumento al Benemérito de las Américas (la América hispanoparlante, la francófona y la anglófona) que se encuentra en la entrada de Silao, en territorio de este municipio. Esto me ha provocado las siguientes preguntas:

1. ¿Piensa que retirando el monumento a nuestro más alto prócer conseguirá demeritar la inmensa estatura de Benito Pablo Juárez García, segundo padre de la patria?

2. ¿Supone que al retirar este monumento logrará que los mexicanos que admiramos al más grande político y estadista mexicano de la historia –único de nuestros héroes victorioso– dejemos de venerar su memoria?

3. ¿Cree usted que no reclamaremos este dispendio sin más objetivo que satisfacer su odio (risible si no fuera porque usa los dineros del erario) y su intolerancia proveniente de su catolicismo trasnochado?

4. ¿Por qué sembrar más enconos, por qué ofender a los juaristas con este alarde de autoritarismo barato?

Responda, señor presidente municipal, o aténgase a que los que no estamos de acuerdo con esta barbaridad, en uso de nuestros derechos constitucionales, organicemos actos de protesta para reclamar esto que es un agravio, un acto de voluntarioso autoritarismo y un despilfarro.

A sus órdenes.

Pterocles Arenarius (Jesús Ortega Rodríguez), escritor

4 comentarios:

Pablo Paniagua dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pablo Paniagua dijo...
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Pablo Paniagua dijo...

La figura de Benito Juárez, como la de muchos "próceres" de la República Mexicana ha sido magnificada o tergiversada, pues no hay que olvidar la traición a la patria que supuso el intento de Benito Juárez, a través del tratado "McLane-Ocampo", para regalar la mitad del territorio Mexicano a los EEUU, ni la validación en el Congreso, por este supuesto prócer, de la venta de lo que hoy supone todo el sur de los EEUU, llevada a cabo por Santa Anna.

Tratado de “McLane-Ocampo”:

“El Tratado McLane-Ocampo, formalmente Tratado de Tránsito y Comercio, fue un acuerdo entre los Estados Unidos y el gobierno liberal de México, encabezado por Benito Juárez, firmado en el puerto de Veracruz en México, el 14 de diciembre de 1859, el cual habría vendido a perpetuidad el derecho de tránsito por el Istmo de Tehuantepec a los Estados Unidos, por cuatro millones de dólares, desde el puerto de Tehuantepec en el sur, hasta Coatzacoalcos en el Golfo de México, y con la carga para México de emplear fuerzas militares para la seguridad de las personas que transiten (artículo V); ceder a perpetuidad el derecho de tránsito a favor del vecino país del norte, desde la ciudad de Guaymas hasta el Rancho de Nogales u otro punto conveniente de la frontera entre la República de México y los Estados Unidos (artículo VI); ceder a perpetuidad el derecho de tránsito a la unión americana, desde cualquier punto entre Camargo y Matamoros, u otro punto conveniente de la frontera de Tamaulipas, vía Monterrey, hasta Mazatlán (artículo VII).”

Y tampoco hay que olvidar que Juárez, siendo presidente de la nación e indígena, fue el peor enemigo de los pueblos indígenas de los que pretendía, para integrarlos en la nueva sociedad, hacerles perder todas sus costumbres e identidad.

Jenna Jameson dijo...

Bajo ese criterio revisionista tendríamos que quitar absolutamente todos y cada uno de los monumentos, pues no hay personaje ni hecho sin mácula. Sin embargo, Pablo, Benito Juárez, más allá de los "hechos", como símbolo, representa a la tradición liberal y sus mejores valores, entre ellos los del Estado laico. Así, quitar la estatua de Juárez en Guanajuato, en el último reducto del panismo, del catolisismo a ultranza, de la doblemoral del centro y las buenas conciencias, etc., cobra un sentido político que sólo puede ser leído como el ansía de corromper nuevamente las fronteras entre el poder estatal y el eclesiástico, y de eso ya tenemos suficiente.